Asistí a buena parte del concierto de Grizzly Bear en el Primavera Sound pegado a Mark Tranmer, el rubio y gallardo caballero andante de nuestros días dorados de introspección junto a Roger Quigley en The Montgolfier Brothers, ahora reducido a cuatro letras (Gnac). Le miro de reojo, me interesan sus reacciones ante lo que está sucediendo sobre el escenario. Veo a un Mark boquiabierto. Embobado. ¿Esto quiere decir que le gustan o no? Muchísimo, responde seco, dándome a entender que no le interesa para nada perder un solo segundo del show iniciando un esbozo de conversación conmigo. Y no solo a él. Leo en la web del grupo que talentos como Jeff Tweedy se declaran admiradores de Grizzly Bear. Y que también han calado hondo entre la comunidad gay. Es definitivamente El Año Del Oso.
Lo del oso no es un chiste fácil, pues de entrada uno de sus miembros se llama Christopher Bear (el otro, cerebro y patrón, es Edward Droste). Su habitat neoyorkino les emparenta con el Colectivo Animal y Panda Bear, relacionados con Rusty Santos (acreditado en “Sung Tongs” y “Person Pitch”), quien ha colaborado en un remix de su tema “Campfire” para el cd “The Remixes” que acompañaba la reedición de “Horn Of Plenty” (Kanine 2004, Rumracket 2005), el primer álbum del grupo. ¿Disco de unos desconocidos que se reedita un año después acompañado por otro cd con la mismas canciones remezcladas por varios nombres de postín, en su mayoría relacionados con la música electrónica? Mmmm. Esto quiere decir que las texturas creadas por Grizzly Bear escapan de los parámetros habituales del rock en busca –al igual que Hood en su día- de espacios más abiertos. No es música de sonido duro, más bien al contrario, pero sí con un cierto grado de complejidad en sus estructuras; melodías poliformes y voces retroalimentándose en su universo de liturgia entre lo idílico y lo alucinógeno. [Más…]