Mi relación con Smog ha pasado por tantas etapas como discos tiene publicados Bill Callahan. A lo largo del tiempo he llegado a la conclusión que, cada vez que aparece uno nuevo suyo, he de hacer lo que me pida el cuerpo. Si había tenido alguna decepción gorda con el anterior –que de pequeñas siempre había: su música es tan magnética como inconclusa, de ésas que le ves más posibilidades que el propio autor- me saltaba el siguiente, aunque por supuesto mi adicción siempre me hacía volver a Bill.
Así pues tenía previsto –no se me pregunte el motivo- obviar “Woke On A Whaleheart” (Drag City 2007), despechado además porque se enterraba el alter ego de Smog. Pasó la primavera y, cada vez que asomaba por la tienda de discos haciendo caso omiso a mis amigos fans y a la carátula saturada de colorines implorándome que la hiciese mía, salía del local con mala conciencia. Hasta que un día, un gran día donde por fortuna la fortuna quiso que apenas hubiese novedades, encogí el rabo entre las piernas y salí de allí con el cd. [Más…]