Hace unos pocos años, cuando Internet aún no había consolidado sus reglas, yo me fiaba menos que ahora de los discos surgidos de la nada. Todos estos álbumes sin padrino, mirándote desde la estantería de la tienda con ojos de perrito pidiendo en silencio que los adoptes, se me antojaban demasiados para una sola inversión, así que solo podía recurrir a alguno de ellos cuando me fallaban las referencias prioritarias. [Más…]