Una vez fijadas las premisas para distinguir a Deerhunter de Atlas Sound años ha, Bradford Cox no se ha preocupado de salirse del guión sino más bien de perfeccionarlo. Así, ha seguido utilizando la electrónica en los dos proyectos, pero dando más cancha a la sensación de bloque y a los teclados en el primero, mientras dejaba que en Atlas Sound la línea de flotación la marcasen los contrapuntos de instrumentos naturales, sobretodo un característico rasgueo de guitarra acústica o –cuando los teclados manipulados saturan- las percusiones caseras, con el sustrato sonoro desprendiendo hechuras de un solo músico.