18 de noviembre de 2007. Me salvo de un grave error: ir a ver a Hugh Masekela a una conocida iglesia del Uptown de Nueva York en vez de Spiritualized –con un cuarteto de cuerda y un coro gospel- al Apollo Theatre, en Harlem. Nótese lo profano de ambos espectáculos: Suráfrica gótica por un lado, indie británico en el templo del gospel por el otro. Como digo, me decanté por lo segundo. El Apollo es lo que uno espera de la leyenda (no hay mito de la música negra que no lo haya demostrado aquí), es decir, un fastuoso teatro rojo con una inmensa lampara en el techo, un gran mezzanine como una espléndida mandíbula inferior, y dos galerias de palcos. Puedes beber alcohol y comer las mismas porquerías que te venden en los cines. Una voz grabada como la de Vincent Price recuerda brevemente la historia del lugar desde 1959 y avisa del comienzo del espectáculo. [Más…]