18 de noviembre de 2007. Me salvo de un grave error: ir a ver a Hugh Masekela a una conocida iglesia del Uptown de Nueva York en vez de Spiritualized –con un cuarteto de cuerda y un coro gospel- al Apollo Theatre, en Harlem. Nótese lo profano de ambos espectáculos: Suráfrica gótica por un lado, indie británico en el templo del gospel por el otro. Como digo, me decanté por lo segundo. El Apollo es lo que uno espera de la leyenda (no hay mito de la música negra que no lo haya demostrado aquí), es decir, un fastuoso teatro rojo con una inmensa lampara en el techo, un gran mezzanine como una espléndida mandíbula inferior, y dos galerias de palcos. Puedes beber alcohol y comer las mismas porquerías que te venden en los cines. Una voz grabada como la de Vincent Price recuerda brevemente la historia del lugar desde 1959 y avisa del comienzo del espectáculo. Sigue leyendo Spiritualized: experiencia religiosa
Categoría: Bruno Galindo
Miedo y asco viendo a Il Divo
Cuando se apagaron las luces, los finos ya habían empezado a hacernos efecto. Vimos cuatro plataformas circulares. En una de ellas estaba la orquesta. Todo titilaba. El director parecía finalista de un concurso regional de dobles de Luis Cobos. En la plataforma más alta había un cilindro de tela de varios metros de diámetro que llegaba hasta el cielo. Con el último CHAN, la seda cayó. Dentro estaban ellos cuatro. Mar de flashes. Océano de móviles al aire. Griterío. Acababan de cumplirse simultáneamente 12.000 sueños. A nosotros tres nos hicieron sentar. Decían que molestábamos a los de atrás. Pero detrás sólo estaba la puerta. No entendimos. Sigue leyendo Miedo y asco viendo a Il Divo
Abreu, Crowley, Pessoa
El último encuentro con Fernanda Abreu había sido en Río de Janeiro, el funk carioca sólo se escuchaba en las favelas y bailabamos en la cima del morro de Turano, junto a la Mangueira, con muchachos con metralletas y niñas de doce años con apretadas mallas. El mes pasado me reencontré con ella en Lisboa (actuaba en el Tivoli). Ya había salido hace tiempo «Arular», el disco de MIA, y Diplo y Marlboro se habían hecho mundialmente famosos, respectivamente como productor y DJ: el sonido de las favelas ya ha dado la vuelta al mundo. Hablamos de los amigos comunes y luego me da los nuevos nombres que hay que oír (Sany Pitbull, MC Marcinho, Tati Quebra Barraco, Cidinho e Doca…). Fernanda me puso al día de la nueva moda en los morros. A saber: ahora las MCs son ellas. Cantan las chicas. Se anuncian como namoradas -novias- de tales o cuales chicos, y batallan en dos bandos: fieles versus amantes, siendo estas últimas las defensoras de la promiscuidad. Ellos miran, escuchan, sonríen tranquilos o sonríen preocupados. Sigue leyendo Abreu, Crowley, Pessoa