Medio siglo atrás, en las pistas de baile se exigía la novedad, pero a la vez se configuraban microuniversos estilísticos, de modo que la velada se dividía en tandas de tres, cinco o diez canciones con un nexo común. Como ahora, dirán algunos. No. Entonces la variedad en una misma sala permitía una tanda de lentos, otra de funky, de bubblegum, de soul, de pop, de Motown e incluso de los tres hits de rock duro concentrados, cuando en la actualidad el DJ ya debe arrancar desde una relativa especialización.
Tampoco programadores y público eran tan maniáticos. Ni se exigía denominación de origen estricta, ni se vislumbraba una fecha de caducidad. Por ello -es un ejemplo de tantos- entre las novedades de Motown en 1969 podía colar un éxito -de similar musicalidad- de un artista blanco de otro sello fechado en 1965, y seguir la pista abarrotada. Como el caso de “1-2-3” de Len Barry, todo un comodín en la línea de accesibilidad primaria de cualquier éxito universal entonces (compárese el texto con el de “Sugar Sugar”: `1-2-3, oh that´s how elementary it´s gonna be, come on let´s fall in love, it´s easy, so easy, like taking candy from a baby´).
El parecido con el sonido de Tamla Motown no es gratuito, hasta el punto que el trío Holland-Dozier-Holland consideró que Barry, John Madara y David White habían plagiado tramos de “Ask Any Girl” de Supremes, llevándoles a juicio. Perfectamente decorada en el marco festivo de vientos y coros, cuenta además con músicos de postín como Leon Huff -la pareja de Kenny Gamble como artífices del Sonido De Filadelfia- al piano, Freddie Hubbard al clarinete o, entre otros, Artie Kaplan al saxo (quien ya había inyectado fuelle a “The Locomotion” de Little Eva, y años después figuraría en obras de peso como “T.B. Sheets” de Van Morrison y “Between The Lines” de Janis Ian).
Len, que ya había tenido éxitos anteriores junto a The Dovells, intentó repetir suerte con “Like A baby”, pero era demasiado parecida a “1-2-3”. Pocos años después se volvió a saber de él como instigador del hit instrumental de sabor indígena “Keem-O-Sabe” de Electric Indian (se rumorea que participó a los teclados un joven Daryl Hall).
RIP Leonard Borisoff.