«Sad Song» (Lou Reed, 1973)

Admitía John Cale en su autobiografía que en las reuniones –por llamarlas de alguna manera- de la Factory a menudo se sentía como el freak heterosexual que nunca sabía dónde mirar. Lou Reed era el tocapelotas, el tío guay que iba de ambiguo cuando era Andy el que miraba y el borde que dedicaba peinetas cuando era John el que tenía algo que decir. Lou no se liaba con nadie; tiraba la moneda y esperaba reacciones, quien sabe si buscando chicha para escribir la gran novela que nunca hará. A cambio nos conformamos -y de buena gana- con sus crónicas de barrio bajo. Las que conformaban el áspero panorama de “Berlin” aún siguen supurando sólo con mirarlas. Lou Reed hablaba de putas y pintaba a los yonquis para empujarnos hacia la más cruel redención. “Sad Song” es un durísimo escarnio para los cretinos a los que siempre nos salen los gestos más cariñosos cuando ya no hay nada que hacer.

He vuelto a leer los tópicos de siempre con motivo de la filmación que hizo Julian Schnabel de los conciertos conmemorativos de aquel disco. “Berlin” no es una obra maestra porque hable de chicas suicidas y yonquis malísimos antes de que llegara Christiane F. y ese magnífico usurpador que fue David Bowie. Lou le dio a los setenta una clase de anti-rock cuando nadie la pedía… y no sé si entonces alguien la necesitaba. Ya no estaba papá Warhol. La coartada del Soho había desaparecido. Ahora te las tenías que ver con una ópera rock, envase pomposo que Lou consiguió desinflar con una narración que no escatimaba en pequeños matices y grandes heridas. La debacle narrada puede ser bastante sexy. La vivida inspira compasión. Me temo que Lou Reed eligió la carrera de cronista antes que la de músico confesional porque no soportaba esa sensación. Y así guionizó el via crucis de Jim y Caroline con trágico final en “The Bed” y el día después llamado “Sad Song”. Aún sigue siendo una de mis canciones de amor favoritas. En parte porque no encontrarás ni un love ni un S.O.S. entre sus diez versos.

El mundo se equivocaba cuando le dio la espalda a Lou Reed creyendo que les había negado un nuevo “Walk On The Wild Side”, cuando en el fondo les regaló nueve paseos aún más salvajes (tuvo que someterse a un tratamiento de desintoxicación tras la grabación del disco) y una canción de amor con trampa. Los brillantes arreglos de “Sad Song” llegan como una liberación después de tanto chute, tanto maltrato y un lento y oscuro suicidio. Pero con ellos también se presenta la peor de las penitencias: ver como descansa mi conciencia sobre un álbum de fotos desde el que la recuerdo como una gran reina cuando jamás moví un dedo para que dejara de sentirse como una puta.

 

4 comentarios en ««Sad Song» (Lou Reed, 1973)»

  1. Uno de los posts mas emocionantes que te he leido. Y porqué, César, no escribes la novela que nunca harás y que tus seguidores llevamos años inventándotela?

  2. <>

    Pues el usurpador antes de descubrir el mundo conocido gracias a la escucha de Berlin, había publicado Space Oddity (69), The Man who sold the world (70), Hunky Dury (71), Ziggy Stardust (72) y Aladdin Sane (73), había producido a Mott the Hoople, los Stooges y al propio Reed. Algo más que un copión ya parece eh?

  3. Esto es como explicar un chiste: pierde la poca gracia que pudiera tener, pero bueno, vamos allá. Que David Bowie llegara dos minutos tarde a casi todo no le hace peor artista; te diría que en su caso incluso le hace mejor. La trilogía berlinesa tiene su modelo en el art-rock de Eno y los Walker Bros mid-70s, pero Bowie coge lo más atractivo de aquello, acierta con la compañía y supera a su modelo. Cuando dije «magnífico usurpador» lo dije como un cumplido, aunque veo que alguno se lo ha tomado como un insulto. Eso sí, lo de copión yo no lo he dicho. Ah, y soy muy fan, como se puede apreciar. También me gusta evitar los mismos halagos de siempre a los «intocables» del pop, intentando hilar algo más fino, cosa que evidentemente no siempre se consigue.

    Un saludo

  4. Impagable, ¡gracias Cesar por la elección! Es muy probable que escuchara esta canción por primera vez en Almazora. Tenía esa edad en la que todo lo que te descubre tu hermano mayor es deslumbrante. Luego, a través de los años, algunas cosas van perdiendo fuelle. Esta canción no lo ha hecho, ¿perfecta?

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