Segunda oferta de la excelente asociación entre Anaïs Mitchell, Eric D. Johnson y Josh Kaufman, que esta vez dejan las versiones a un lado para trabajar diez temas propios sin perder un ápice de respeto hacia las formas de folk clásico. “Rolling Golden Holy” (37d03d 2022) es tan frágil, y sabe insertar tan bien lo eléctrico en un contexto acústico, que resulta igual de recomendable que “Bonny Light Horseman”, para mí una de las joyas indiscutibles del 2020.
Se basan en la naturalidad de su manera de hacer. La voz de Anaïs –para quien no haya escuchado aún su “Anaïs Mitchell” de este mismo 2022- rezuma emoción transparente, mientras la voz nasal del de Fruit Bats, aunque en algún momento irrumpa extraña –con o sin falsete-, se acomoda bien en el formato acústico. Cuando ella canta, como en “Comrade Sweetheart”, reclama enseguida nuestra atención, y es una delicia escucharla en clave estío rural con la armónica perezosa en “Summer Dream”.
Dos canciones están inspiradas en temas tradicionales: “Sweetbread”, con saxo de Mike Lewis –junto a JT Bates, los dos miembros gregarios- sobre banjo, y “Fair Annie”, la única que canta Josh. Mientras, Eric se luce en la excelente “California” –otra de trote perfecto sería “Someone To Weep For Me”- y sobre todo en una “Gone By Fall” que andaría entre Nilsson, John Denver y Jim Croce. Como no podía ser de otra manera, el cierre de “Cold Rain And Snow” suena a despedida de congregación comunitaria que desea transmitir su plenitud. Maravillados ante una pureza tan real, nos preguntamos cómo demonios han conseguido, sin estar ninguno especialmente versado, convertirse en el mejor supergrupo de folk moderno que pudiésemos soñar. En serio, no los merecemos.