De todos los discos que me arrepiento de no haber incluido en mi lista del año pasado, “Angel In Realtime” (Warner 2022) es el que más me importa ahora mismo. Lo tengo hace once meses, y ha estado en su rinconcito tras una primera y poco atenta escucha, hasta que lo he vuelto a reproducir para el repaso anual. En él, Dave Le´aupepe, de la banda australiana Gang Of Youths residente en Londres, añora a su padre fallecido y le rinde homenaje narrando la historia familiar. Una hora de épica humana expuesta con lujo y detalles en uno de esos trabajos cuya etiqueta conceptual debe entenderse como virtud.
La magia del disco es espectacular. La resiliencia cultural de la inmigración de las islas del Pacífico Sur a Australia y Nueva Zelanda se percibe en los detalles que acompañan a ese sonido de energía positiva. A veces suenan como los Arcade Fire más entusiastas cuyas inclinaciones étnicas apuntan a Polinesia y no a Haití, con aportaciones de varias islas –por ejemplo los coros de The Auckland Pacific Gospel Choir, o percusiones de Anuanua Drummers- decorando los arreglos de las piezas animadas. En otras –“Unison”, “Forbearance”-, Dave adopta un tono vocal más cercano a Matt Berninger de The National. Y la suntuosidad orquestal exquisita bien podría evocar tanto a los febriles Triffids como, en un tramo de “Tend The Garden”, a un Father John Misty tropical.
Lo más importante sin embargo es apreciar los textos y el tono de Dave recordando a su padre. La descripción de su doble vida –una familia en Samoa y otra en Nueva Zelanda- al desentrañar el árbol genealógico en “Brothers”, sirve para esclarecer lo que dice en otras composiciones. Y el autor hace hincapié también en su afición deportiva y en la manera de adaptarlas a lo cotidiano. Por ello cierra el disco –antes, en “Returner”, ya mencionó a Batistuta- con dos canciones –“Hand Of God” y “Goal Of The Century”- dedicadas a los dos goles de Maradona en la semifinal Argentina-Inglaterra de Mexico 86: la injusticia y la belleza a veces van de la mano y se han de aceptar juntas. En cualquier caso, pocos álbumes trabajando sobre una pérdida resultan tan floridos y positivamente conmovedores. Un grito a la vida. A las seis de la mañana, desde una habitación en Londres, mientras su esposa a hijos duermen.