«Blood On The Tracks» (Ryan Adams)

   A principios de diciembre Ryan Adams entregó una versión del álbum “Nebraska” de Bruce Springsteen, recuperando el divertimento que ya le dio muchos puntos siete años atrás recreando “1989” de Taylor Swift. Seguramente debido a la pandemia y al confinamiento, que permitían salirse del guión con instrumentación más casera.

   Lo que pocos imaginaban es el regalazo que Ryan les preparaba para el día de navidad, su recreación personal del mítico “Blood On The Tracks” (Pax Americana 2022) de Bob Dylan , que no pretende alcanzar las cotas emocionales del original –no podría, y Ryan lo sabe-, pero trabaja con premisas distintas estirando la ambientación en los finales de algunas piezas, lo cual nos permite en primera instancia volver a disfrutar de aquel mismo viaje narrativo y a la vez deleitarnos con unos juegos de guitarras sugerentes.

   Algunas canciones apenas se han retocado más allá de la neblina de reverb sobre caja de ritmos a modo de trama, como “Tangled Up In Blue”, “You´re Gonna Make Me Lonesome When You Go”, “Lily, Rosemary And The Jack Of Hearts” y “If You See Her, Say Hello”. A “Simple Twist OF Fate” le inyecta un pulso más rodante, a “Idiot Wind” una rabia más etérea y balsámica, y a “Meet Me In The Morning” un olor de blues más venéreo. Las sorpresas se centran en las segundas mitades de “You´re A Big Girl Now”, “Shelter From The Sorm” y “Buckets Of Rain”, estiradas –las dos últimas hasta los once minutos-, donde Ryan teje una tela de juegos de guitarra acústica entre Ryley Walker, Grateful Dead e incluso John Martyn –en la última se permite terminar en modo ambient techno- que escapan del concepto romántico elaborado por el compositor.

   Sea como fuere, es un homenaje que aporta un bienvenido factor personal, además de poner a Ryan en el lado correcto de la Historia, el de los que piensan que es el mejor disco jamás publicado. El que te conduce por el viaje más importante; una madeja de encuentros, despedidas, y la soledad agridulce subyacente entre el destino y la misericordia. El viaje de la vida.


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *