Se está caracterizando Andy Shauf por construir guiones originales que se desarrollan a lo largo de toda una grabación. Y si ya en “The Neon Skyline” y “Wilds” destripó su relación obsesiva con Judy, esta vez va un poco más allá.
En “Norm” (Anti- 2023) reflexiona, desde un punto de vista contaminado por ciertas congregaciones cristianas norteamericanas, de lo que acontece cuando te enamoras por ejemplo de alguien del barrio. Parece que Dios te va a ayudar a conectar con esta persona. La ves en la calle, la observas tras las estanterías de la tienda de comestibles, lo intentas anónimamente por teléfono, la sigues desde el retrovisor, tras un árbol, o vigilándola sentado en una butaca cómoda en el cine tres filas más atrás. Llegas a pensar que ella también está enamorada de ti, hasta incluso convencerte de que le gustaría que la hicieses entrar en su coche. Todo ello mientras Dios da su bendición a tu estrategia complacido. Shauf, magistral, casi deja que elijas tú el final. Musicalmente las composiciones siguen su patrón habitual intimista, como si de un Bacharach que ha sustituido piano por sintetizador se tratase. Resplandece en el tono crepuscular de “Sunset”, en el trote mullido de “Halloween Store”, mientras empalma canciones con habilidad dulce que camufla la posible sordidez, llegando a la cima con una “Long Throw” celestial que a la par subraya la frustración que cualquier persona no correspondida obsesionada con otra, acosador o no, puede sentir ante la realidad que da al traste con su sueño. Y una simple frase con tono sublime, por entre la delicadeza melódica, a modo de sentencia –wondering when you would arrrive, wondering why you never arrived- que deja el final abierto.