Lo dice Simon Reynolds en su libro “Rip It Up And Start Again. Post Punk 1978-1984”: «En cierto sentido, el post-punk era rock progresivo, sólo que drásticamente racionalizado y rejuvenecido, con mejores cortes de pelo y una sensibilidad más austera, en lugar del virtuosismo ostentoso. Echando la vista atrás, es el punk rock lo que parece una aberración histórica, un regreso al rock´n´roll básico que en definitiva terminó siendo una breve anomalía, un abrupto paréntesis en el ininterrumpido continuum del art-rock que se despliega desde el principio hasta el final de la década de los setenta.” Curtido desde la posmodernidad filosófica (fan de Deleuze y, como no, de las consignas situacionistas), el señor Reynolds ha venido a espabilar a la adocenada crítica musical con tratados sobre la cultura de baile (“Energy Flash”), el hip-hop (“Bring The Noise”) o el post-punk. Para quien no lo sepa, tuvo que soportar tantos elogios como improperios tras sacarse de la manga aquella intencionada etiqueta que fue el post-rock. En definitiva, que el afamado crítico de The Wire o Mojo puede dar tanto gusto al leerlo, como que provoque cierta pereza cuando nos anima a seguir comiendo de esa idea del rock’n’roll como el malo de la película por tener el cerebro vacío. Como dije alguna vez, no tengo claro que la cultura pop se mueva gracias a la fórmula mecánica de la acción-reacción.
Pero esto del post punk como «nuevo progresivo» me ha traído a la memoria algunos discos que nunca sé si guardar cerca de los grandes tochos de los setenta o arrimarlos a los ingeniosos chavales del «punk bueno» que llegó tras el «punk malo». Fíjense, esto del 77 como kilómetro cero debió durar tan poco que a las pocas horas de celebrar sus hazañas en la calle, algunos ya se habían olvidado que el enemigo era el rock progresivo. O igual es que nunca lo tuvieron en cuenta. Ahí estaban This Heat, dos palabras mágicas que nos llenaron la boca cuando Gang Of Four se pusieron de moda. Porque nunca lo habían estado: “Entertainment” no fue disco de oro hasta que cumplió 24 años. ¿Y qué me dicen de Pere Ubu? Un grupo que echó mano de sujetos formados en grupos con temas de más de quince minutos. A David Thomas se le pone cara de ogro cuando se menta el asunto. No me extraña: de estúpido no tiene un pelo y seguro que prefiere comparaciones con los Stooges antes que con Henry Cow. Y existe un caso archivado –por no haber renegado en público de sus orígenes- que merece ser reabierto: los excitantes The Work. “Slow Crimes” es la grotesca mueca que surge cuando alguien decide que el art-rock académico solo sobrevivirá rindiéndose a las reglas de la desfachatez. Era underground entonces y lo sigue siendo ahora. Sirva este texto como coartada para un merecido rescate.
El autismo de las comunas, la partitura clásica metida con calzador en la cultura pop, la greña ilustrada,… Muchos músicos quedaron atrapados en un cul de sac. De repente, alguien vio una luz en el permisivo y juvenil paisaje del post-punk. Una camiseta, unos jeans, un sello independiente y a correr. Al final, algunos conflictos musicales parecen engordados para subir el caché del que escribe.
Reynolds, a mi modo de ver, da siempre una de cal y otra de arena. La de cal, por su perspicacia al ver pepitas de oro en corrientes como el happy hardcore, por las cuales casi ningún crítico daba un duro. La de arena, por su manías de crear neologismos (verbigracia, el post rock) y de ver cuerpos sin órganos por todas partes (aunque, si estás en una rave compartiendo estado de conciencia químico con 20.000 posadolescentes, eso último debe ser muy fácil).
Me apunto a The Work, tienen buena pinta… Y, en cuanto a la conexión prog-postpunk (llamémosla así) yo la he visto siempre bastante clara desde que escuché por primera vez a Magazine, por ejemplo: los teclados de Dave Formula huelen a conservatorio de lejos, lo que no quita que sean excitantes y gamberros cual replicante de vacaciones 😛
Y, si nos venimos a España, Paraíso se marcaban tan guapamente improvisaciones maratonianas en directo, con el Zurdo perorando sobre la matanza del People’s Temple en la Guayana… Además, si no me equivoco (Ducasse, ¿estás ahí?) los hermanos Auserón también confesaron un cierto pasado hippy-progresivo en alguna ocasión.
The Work -que no lo he dicho- es Tim Hodgkinson, el gafotas de Henry Cow. Y, para uno, Henry Cow fue de los pocos grupos de los 70 que tuvo una química acertada con el jazz.
Las conexiones entre géneros a priori antagónicos o al menos teóricamente alejados siempre se dan. Ningún movimiento surje de la nada y siempre existirá algún protagonista que beba de esas otras fuentes, se recicle o coquetee, juegue al despiste…, cuando no directamente y por deformación profesional desarrolle tics o maneras de otros estilos con los que otros pretenden romper.
Ciñéndonos a esta entrada, personalmente prefiero mil veces antes el comentario de pickman que el extracto de Reynolds, por una sencilla razón: está muy bien teorizar, pero si no pones ejemplos claros todo queda en papilla filosófica aplicada a la teoría musical y no vas a ninguna parte.
Pasado hippy-progresivo lo tenía Herminio Molero. Lo del coqueteo progresivo en los Radio Futura post-Molero se lo inventó un día Ignacio Juliá para intentar rellenar una descripción del grupo en una de las épocas de mayor apogeo, circa «De un país en llamas». Pero me consta que lo progresivo no caló mucho en los hermanos Auserón, más allá de casos puntuales como Soft Machine y las correspondientes carreras en solitario.
Lo de Paraíso era sobre todo por Antonio Zancajo, que era fan de King Crimson. Y para progresivos, aunque no tenga ya nada que ver con el post-punk, Mecano, que era lo que les gustaba realmente, lo que pasa que eso no vendía y por ello se disfrazaron vergonzosamente de Nuevos Románticos.
Dos apuntes sobre la sabia contribución de Ducasse: la conexión Crimsoniana de Antonio Zancajo no se agota en Paraíso, sino que pasa a La Mode, volviéndose ahí mucho más patente. El single de Enfermera de Noche (creo) está dedicado a los miembros de Roxy Music más Robert Fripp. Y en el «1984» hay un par de canciones (La rata, Imperios) en las cuales el guitarrista se marca solos extendidos de lo más carmesí.
Hablando de Paraíso, por otra parte, yo me refería más bien a que el resto de miembros de la banda (bajista, batería y segundo guitarra) procedían de Alquimia, un grupo, en palabras del Zurdo, «del tipo coñazo». Sinfonicorro de garrafón, vamos, del que tanto se dio por aquí en los primeros años de la democracia: mientras el resto del mundo andaba a otros rollos, en España privaron durante unos pocos años los grupos de peludos que no habían podido grabar en condiciones bajo Franco. Fenómenos tan pedestres como el rock urbano madrileño o el rock andaluz (al que Almodóvar satiriza en Pepi, Luci, Bom… a través de un personaje descacharrante) pueden ser, al menos en parte, responsables de que punks y proggers ibéricos nunca hicieran las paces, ni siquiera bajo cuerda.
Respecto a Mecano prefiero no ahondar, porque la comparación entre su primer LP (qué buena la descripción de Manrique: «un cruce de Ultravox con Vainica Doble») y el resto de su obra me pone de mala leche. Bueno, me lanzo: creo que Ana Torrija y los hermanitos sí pueden ser levemente relacionados, muy al principio de su carrera, con el post punk (al fin y al cabo, el tecnopop y los niurromantics emanan en parte de él), pero después pasan al más puro y puto mainstream. Respecto a su conexión progresiva, recordemos que el figurín italodisco Gazebo versioneaba (fatal) «Dancing With The Moonlit Knight» de Genesis en su primer disco…
Volviendo al post sobre Simon Reynolds, siempre me han fascinado las conexiones entre rock progresivo y punk o post-punk. Cuando Johnny Rotten decleraba que su disco favorito era Nadir’s big Chance (Peter Hammil); cuando Andrew Belew pasaba de King Crimson a Talking Heads; cuando Brian Eno dejaba Roxy Music y aparecía, años más tarde, a los mandos del No New York; cuando Robert Wyatt hacía voces para Scritti Politti o las Raincoats; o cuando los Henry Cow implosionaban en Massacre, The Work… Era, precisamente, una manera de impugnar el relato hegemónico de la historia del rock. Luego, claro, descubrí que Reynolds lo había teorizado.
En fin, salud.
aclarando que es gerundio:
ENFERMERA DE NOCHE está inspirado temáticamente en cierta aparición de Xavier Cugat en un magazine de sobremesa acompañado de una jovencita a quien se presentó como su enfermera y musicalmente (el tema es de Mario) en SPANDAU BALLET, incluidos los coros y danzas finales
AQUELLA CANCION DE ROXY es el único lazo de ese maxisingle con ROXY (más concretamente, está inspirado musicalmente en THE SAME OLD SCENE y BOTH ENDS BURNING y temáticamente tiene ecos de OH, YEAH) y Fripp no aparece por ningún lado (de hecho, Zancajo creo que fue desde fines del 82 y a lo largo del 83 cuando se fue colgando con el guitarrista británico, con todo el material del primer repertorio ya grabado y publicado)
el vínculo con ALQUIMIA no era de procedencia sino de destino y sólo atañe a Gregorio, el bajista
si no me falla la memoria, el título de 1984 donde más clara queda la huella crimsoniana es el instrumental que abre el disco, FELIZ AÑO NUEVO
El autor ha hablado, todo zanjado.
Aún así, Fernando, ¿seguro que uno de vuestros maxisingles no tenía una dedicatoria al entorno Roxy-Crimson?
Como no lo tengo a mano, he de transcribir de memoria. Si no recuerdo mal, el texto sería algo así como «Con nuestros mayores respetos a los señores Ferry, Eno, Manzanera y McKay. («¿Y qué pasa con Fripp?», pregunta Mario indignado?)».
Aunque a estas alturas, tras leer y con un catarrazo a cuestas, empiezo a preguntarme si no será una alucinación a lo Twilight Zone…
He estado repasando vinilos y eso no aparece (me suena pero ya no sé si de haberlo parido o de haberlo leído). Lo mismo pertenece a un programa de mano o a un texto para otra historia que no consigo ubicar o apareció en algo posterior a mi salida (os recuerdo que sacaron sin mí tres maxisingles y un álbum).
http://www.shadowline1.com/lineadesombra/eterno.htm
Antonio, cuando yo lo conozco, estaba harto de virtuosismos con Pardo y Fornés y quería bañarse en algo más sencillo. En PARAISO y comienzos de LA MODE se sintió atraído por los que él consideraba sus homólogos, gentes con un pie en el antes y otro en el ahora, caso de Nick Lowe, Graham Parker, FLAMIN GROOVIES, Manzanera, que le permitían ser fiel a su devoción claptoniana sin forzarse en minimalismos excesivos. Es a partir de su paulatino descubrimiento del Fripp que se reinventa junto a Eno y tras RED cuando va relativizando a Clapton y va sintiéndose cada vez más atraído por el guitarrista británico. Pero esto empieza a notarse, insisto, en la producción posterior a EL ETERNO…
Gracias por la búsqueda, Fernando. Que el texto de marras te suene de algo me tranquiliza levemente respecto a mi salud mental, porque juraría haberlo tenido delante… Lo mismo está en alguno de los discos con Ballester, seguiré indagando.
Desde mi humilde experiencia, por otra parte, entiendo que Zancajo tuviese su camino de Damasco escuchando el «Red». Ese disco resucita a los muertos.
En otro orden de cosas, cabe recordar otra conexión entre el postpunk español y el progresivo a la contra: Robert Wyatt colaborando en «Repulsión» de Claustrofobia. Creo que se juntaron porque, en aquella época, el soprano con barba vivía en la Costa Brava…
Y en «Encadenados», Claustrofobia versionaban «Cita en Hawai» de La Mode. Gran versión, por cierto.
muy interesante el post, y me resulta funny qe lo acabo de encontrar cuando precisamente hace un rato escuchaba Magazine «Real life» y pensaba eso, que si bien es un disco excelente (y hoy sus synths suenan nuevos otra vez, hehehe,) ciertos giros y estructuras en las canciones sonaban definitivamente «proggy», (en lugar de «experimental» como pretendia h.devoto) implicando un cierto retroceso en la r/evolución-reaccion que el punk planteo a esa corriente… pero fuera del caso magazine planteado en ese disco particular, creo que la mayoría de las bandas post-punk consiguieron buena velocidad de escape del agujero negro del prog-rock… en melodías, arreglos, concepto, estética, etc… not sure que el post-punk le deba tanto al prog, esas bandas generaron rapidamente un lenguaje propio bien influenciado por el dub/disco/electro, los sonidos de la musica contemporanea y electroacustica, experimentos con noise puro y embriones industriales, etc, etc… pero bueno.. solo ideas.. y que me llamó la atencion escuchar MAGazine, pensar en el link prog-postpunk y luego encontrarme este post! hmmm …
Hola, Somos Jinko Vilova y os dejamos nuestro primer trabajo para free download… nos han catalogado entre el post punk– algo de krautrock .. free jazz.
alguno dijo que prog rock pero no estamos muy de acuerdo, esperamos que os guste
http://jinkovilova.bandcamp.com/
La banda más PUNK de Tim Hodgkinson hizo un solo disco: The Momes, con Spiralling (1989). Una maravilla! Amo a the Work pero esto es incluso más pogueable: https://themomes.bandcamp.com/album/spiralling