«Kaputt», ¿o una nueva dinastía de la perfección?

Hay quienes piensan que tarde o temprano Dan Bejar tenía que entregar “Kaputt”. Yo no lo veía claro. Ni siquiera lo veía. A estas alturas alabar el nuevo disco de Destroyer sabe como a arroz pasado. ¿A estas alturas? Solo han transcurrido dos semanas desde su publicación y parece que ya estamos ante un clásico del que ya se ha dicho todo lo que había que decir. Siento que no puedo aportar mucho, que solo me queda asentir con la cabeza y decir “vale, a mí también me ha encantado”, mientras exprimo en silencio los últimos rincones de maldad en mi cerebro buscando un mínimo pero a esta bombona de oxígeno. Ya sé que no es un símil poético, pero entiendan que de máxima utilidad para uno que suele ahogarse al escuchar un disco entero de pop.

Les contaré mi experiencia con “Kaputt”, por si a alguno le interesa. De primeras me convenció esa producción con saxos, seda y botellas de champagne. Agradecí que las variaciones electrónicas fueran solo puntuales. Cuando digo que me gustan las grabaciones de los ochenta no me refiero a esas baterías de golpe metálico ni a la pomposidad de unos instrumentos que parecen de mentira. Mi cabeza estaba en la elegancia de las baladas de Sade, en los saxofones poco imaginativos que acolchaban melodías impagables. Esa aristocracia de la gran composición fue derrocada con un nuevo y falso punk: el de la baja fidelidad. El del 77 me pilló en segundo de EGB, pero pude tomarme la reválida con el de Pavement y Superchunk. Punk para universitarios. Le cambiamos la cara al enemigo, pero dejamos intacto su ADN: el trabajo “bien” hecho. Hoy, “Kaputt” es el colmo de eso mismo.

No me interesan los caminos de perfección. Termino por descolgarme de los artistas que buscan pasito a pasito que su obra sea cada vez mejor, más lustrosa, menos débil. Pero me abrumo ante los trabajos que aparecen porque sí sin una mínima mancha que señalar en el pliego de descargas. Pongo dos ejemplos: Burt Bacharach y Prefab Sprout. Para mí, son las dos cimas del pop. Comparten características. Veo exactamente dos: la enorme cantidad de oxígeno que almacenan sus canciones y una ingeniería melódica que consigue que no haga falta que activemos resortes en la memoria para que queden impresas y emocionalmente activas. Alcanzan la plenitud en el equilibrio entre evasión y conciencia. Y mientras digo esto siento que Destroyer se ha colado en esta fiesta de la nobleza melódica, pero sin disimular una sangre plebeya que corre entre ciertas armonías de alcoba (“Savage Nigt At The Opera” sería un top de Twin Shadow) e ínfulas innecesarias de indies ambiciosos (“Bay Of Pigs (Detail)”) grabadas casi dos años atrás. Un descomunal avance, se nota la diferencia.

“Kaputt” no ha abierto una brecha. Ha logrado lo que parecía imposible: hacer un pop para todos. Y cuando digo todos, quiero juntar a los que solo sonríen dos o tres veces al año con los que buscan esa canción pegadiza que no les deje tirados a las primeras de cambio; e incluso están invitados  aquellos que sortean las letras como si fueran obstáculos. “Kaputt” es obra de un dandy que no viste de uniforme y que ha aprendido las claves de la sofisticación de Bryan Ferry y Gil Evans. Su noveno disco lo conforman grandes puestas en escena y tres actos (“Blue Eyes”, “Kaputt” y “Song For America”) para perder el sentido. El sentido de la emoción contenida, pero también el de la orientación; no ser consciente del momento en que el pop dejó su corsé melódico para inflarse en las llanuras del soul. Ese soul ralentizado que desarrolló Marvin Gaye en una tremenda misiva que empezaba “Here, My Dear” y que puso al día Lambchop en su monumental “… Is A Woman”. El soul cuando deja de ser soul. “Kaputt” y “Song Of America” son la cima de este Everest bien templado. Dos canciones enganchadas por un mood que el jazz más cool regaló al mundo durante los cincuenta, y que aún solo los más atrevidos se han atrevido a cogerlo.

“Malgastando los días / siguiendo a las chicas de noche / persiguiendo la cocaína en todos los cuartos traseros del mundo /Smash Hits, Melody Maker, NME… todo suena como un sueño.” No, como un sueño suena esto. Él lo sabe y lo restriega con esa ironía que se diluye entre melodías cocinadas al vapor. Será su año. Le doy a elegir dos trofeos a modo de fenomenal halago. El canadiense ya tiene su “Young Americans”; o, si prefiere seguir sin tocar las claves negras, diré que acaba de darle caza a “Jordan: The Comeback”. Parece no tener prisa en elegir recompensa. Todavía anda enfrascado en un mensaje a la prensa. “Acabo de mandarlo metido en una botella. Decía: “No os disgustéis ni avergoncéis de vosotros mismos. He hojeado los libros de todos vuestros estantes.» (“Blue Eyes”) ¿Habrá que empezar a perdonar sus insolencias como hacíamos con Prince? Who knew…

 

39 comentarios en ««Kaputt», ¿o una nueva dinastía de la perfección?»

  1. Tú los has dicho: pop o música para todos.

    No sé si conscientemente, pero has aludido a 10 magníficos en tu texto, si obviamos a los punkies y admitimos a Twin Shadow en el trono aunque aún le queda por demostrar.

    Me llamó mucho la atención el primer vídeo del álbum que mezclaba la belleza ochentera con la dura realidad del adolescente, mas contraste de luces y todo ello regado con unos arreglos de viento increíbles. ¡Mezcla total!

    http://www.youtube.com/watch?v=Pf-ONpLXzGs

  2. He aludido a 10, Ignacio? Muchos me parecen… Bueno, añade otros 2. No me quito de la cabeza a Bill Callahan cuando canta en «Poor In Love»: parecida entonación, estructura repetitiva, como las que a él le gustan.
    Y puede que uno de estos días me quede tan ancho diciendo que «Kaputt» es un «Behaviour» hetero.

  3. Gil Evans, Bill Callahan, Tinseltown in the Rain… os veo melancólicos y finísimos con este género cool post-pop. Recorred su discografía -Acuarela ha publicado los últimos, creo; luego quedan los comprimidos del mundo, porque no están en Spotify-, hasta su dual core, sus revolver/rubbersoul, que son Streethawk/This Night, qué canciones tan buenas contienen. Ideas: en España sólo ha tocado por las calles (tiene dos discos written in Lavapiés) y una vez en Sevilla en un minifestival, lo llevó Llorente. Estabiel, la última vez que dice ‘i wrote a song for America’ debería decir ‘estuve buscando América’ para que todo fuera perfecto.

  4. Por cierto, Jesús Llorente nos podría contar muchas cosas de Dan Bejar… pero si no se pasa estos días por aquí ya les digo que tengo un chuletón pendiente con él dentro de algún viernes. Nos emborracharemos, hablaremos de más, le sacaré anécdotas y se las chivaré a ustedes.

  5. Me pondré con él. A mí hasta ahora Destroyer nunca me ha enganchado por esa voz que tiene, medio lírica y medio repelente. De los New Pornographers, sus canciones siempre eran las que menos me gustaban.

  6. Your Blues y sobre todo Rubies (por el rastro Bowie) son imprescindibles, además de alguna suelta de Trouble In Dreams como My Favourite Year.

  7. Detrás de las voces repelentes están las grandes letras: de Germán Coppini a Manos de Topo. A mi me gusta cuando hace con Bowie lo que The Tallest Man con Dylan. Qué tocó Marc, llevó banda?

  8. Destroyer tocó solo en Barcelona, sí. En algo que montaban los del Pocket en Les Basses.

    A mí el disco me entró fantásticamente bien -yo también soy de los de Sade y Prefab-, pero la verdad es que con el tiempo se me ha ido desinflando como un globo mal cerrado. Tanto es así, que ahora ni lo miro a la cara… Dudo, César, que aguante en tu top 3 hasta el final de año.

    Eso sí, frases como la de «Kaputt» alguien las tenía que decir alguna vez. Ahí no lo quito ningún mérito al amigo Bejar.

  9. Dan Bejar vivía ( o vive ¿?) en Malaga. Problablemente el jamón de Huelva tenga la culpa.
    El Destroyer´s Rubies ya era un gran disco!, al menos para mi.

  10. A: el amor se acaba a los tres años. B: un disco que entra bien y tan solo no está mal no me dura tres semanas. C: esta vez he tardado en dar el «sí, quiero» lo que estimaría un prudente hombre de bien, a riesgo de llegar tarde. D: de divorcios sé un poquito y jamás aprendí de ellos; tomátelo, A, como una pequeñísima concesión a tus predicciones.

  11. «Kaputt» no me parece para nada un disco que simplemente «no esté mal», pero creo que las canciones duran demasiado y hay bastante paja. Lo que no desmerece para nada es el sonido, algunos ganchos y arreglos melódicos y varias frases. ¿Suficiente para estar en el top 3 del año? Depende para quién.

  12. De hecho, Frog Eyes fue la banda de acompañamiento de Destroyer cuando presentó «Your Blues» en Siroco. Algo después tocó en solitario en el Neu! como telonero de Remate.

  13. El comentario de Behaviour hetero me parece muy acertado… hay incluso algún momento que evoca esas tompetas que salpican el west end girls…

    A parte de los nombres que citais me vienen a la mente mientras escucho este disco, Junior Boys, la parte Maclennan de los Go betweens y hasta los Psychedelic Furs (también me pasa con Twin Shadows)

  14. Pues me van a perdonar la disgresión, pero cuando empecé a escuchar el disco la primera vez me pareció como si Pet Shop Boys estuvieran cantando «The year of the cat». Luego se me pasó y he estado escuchándolo mucho en los últimos días.

    Es agradable, adictivo y creo que aguanta el tipo bastante bien, pero espero que haya más candidatos para mi top 3 a final de año.

    Saludos

  15. Buenísimo Ana, ahora que lo recuerdo veo perfectamente la mezcla, y me parece bastante atinada.
    Tienen mejor pinta curiosamente las canciones más largas que las cortas. De momento me quedo con «Suicide Demo For Kara Walker» y ese arreglo de teclado tan majo. La voz, eso sí, sigue tirando algo para atrás.

    El problema de Tango in the night es que le sobran exactamente 4 canciones.

  16. The year of te cat +1

    A mi lo que me deja loco es que en todas las canciones utiliza prácticamente los mismos recursos (las trompetas planeadoras, los pads, incluso los mismos acordes) y, aun as,í cada canción es un mundo.

    Súper a tope con la revisión de Fleetwood Mac, ahora que parece que le estamos perdiendo el miedo a ese estilo de producción.

  17. Hombre, devoción, lo que se dice devoción, más bien como que no. Un cierto morbo sí, pero poco más (al menos en mi caso y en según qué momentos)

  18. Yo no diría devoción, pero sí gustico.

    Ayer pusieron Big Love en en Chamizo y, qué cojones, es un temazo como la copa de un pino. Y el vídeo, clavao al último de los Punsetes, por cierto.

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