¿Listos? Pues venga…
20. “Smoke Ring For My Halo” (Kurt Vile)
Escondió el punch de anteriores discos tras ese anillo de humo a que se refiere el título. Confundió aún más el ambiente con una gota de cloroformo, el suficiente para no caer en la inconsciencia mientras creemos que su larga melena ya borrosa será la última imagen antes del sopor. Sopor que no llega: Vile se mueve de lo más sexy atrapado en esta producción ligeramente narcótica.
19. “Father, Son, Holy Ghost” (Girls)
Están preparados para entregar ese disco que comparta la modernidad de Felt con el clasicismo de Elvis Costello. Pero me temo que esto les parece poco. Prefieren ser valientes y sacar como single una epopeya saturada de ruido en su cima o romper el ritmo de un pop de alto nivel con una cargante cabalgada de hard-rock. Girls es un grupo inquieto que puede poner nervioso. Pero también es uno de los mejores.
18. “Bon Iver” (Bon Iver)
Y si Girls rompen la baraja jugándose la baza de Led Zeppelin, Bon Iver se guardaba la balada AOR (“Beth/Rest”) para dar un paso al frente. Hombre, con otra producción gana, pero tampoco estamos aquí para reivindicar a Phil Collins. Anécdota aparte, con su segundo disco Justin Vernon manda a pasear su falsete por unas composiciones plagadas de complejas armonías. Ha entrado con buen pie en el berenjenal. Ahora veremos cómo sale de él.
17. “Impossible Spaces” (Sandro Perri)
La cabeza de Sandro Perri corre a una velocidad superior a sus actos. Así que empieza a dibujar una melodía y cuando queremos entrar en ella nos cambia el paso sin avisar. Después de la sorpresa se agradece el altercado. Las canciones de Perri no llevan adhesivo, pero se pegan con la misma fuerza romántica que las de otro compositor “distinto” como fue Arthur Russell. No hace falta ni paciencia. Solo no esperar a nadie.
16. “Salon Des Amateurs” (Hauschka)
Parece una orquesta de autómatas, un comando de amables robots encabezando con toda modestia la rebelión de la mecánica. Pero es un simple piano, preparado para que una tecla, por ejemplo, accione con su movimiento una pelota de ping-pong. Las canciones de Volker Bertelmann están diseñadas con la misma precisión que un plano de Jacques Tati. Y, como en aquellos, el rigor solo sirve a la emoción.
15. “Replica” (Oneohtrix Point Never)
Daniel Lopatin ha hecho un disco. Es noticia. Llevaba dos (uno recopilatorio de formatos pequeños), pero en ellos pesaba más la teoría que la práctica. O el boceto y no la historia. Le quedaba por demostrar sus dotes para la narración electrónica. “Replica” es su respuesta: demuestra de lo que es capaz él y no otros, pero además nos propone un recorrido que se vale y se sobra sin aclaraciones al margen.
14. “Invitation” (Dominant Legs)
Lo escribió hace poco uno de los críticos de aquí con mejor ojo para distinguir lo que está bien de lo extraordinario: Dominant Legs lo tienen. Y por eso da un poco de rabia que no hayan acertado en la manera de hacerlo. Simplemente reforzando el sonido del EP publicado el año pasado, “Invitation” estaría entre mis cinco primeros. Bajó algo la nota, pero el talento para el pop de Ryan Lynch no ha salido tocado. Miro alrededor y no encuentro otro igual.
13. “Passed Me By” (Andy Stott)
Frente a una pequeña comitiva, el techno dice sus últimas palabras agarrado a la mano de Andy Stott. No, no ha muerto. Solo se ha hecho el moribundo para que el productor de Manchester tenga una instantánea inmensa. Los bpms se desploman, los clubes cierran sus puertas, la euforia sucumbe ante la miseria y el dubstep ni reconoce a sus hijos. Ese es el panorama que propone “Passed Me By”. Gracias, ya pueden volver a la realidad.
12. “Apocalypse” (Bill Callahan)
Siempre se sale con la suya, incluso destruyendo la partitura del anterior disco, la que todos aplaudieron. Callahan pasea por sus canciones como Pedro por su casa: ahora canto, ahora susurro, ahora no digo nada, ahora desentono, ahora llego hasta “Astral Weeks” pero luego me relajo. “Apocalypse” te lleva desde su típica canción romántica hasta el laberinto del free jazz. Nadie rechista. Y no por simple respeto.
11. “Tassili” (Tinariwen)
Se les llamó los Rolling Stones del desierto para simplificar las cosas a los que vivimos a este lado del Mediterráneo. Pero a medida que nos va resultando familiar su sonido, el símil se queda corto. Los Tinariwen de “Tassili” van camino de ser la versión tuareg de Tim Buckley. Sin dramas personales pero con un gran peso colectivo, su blues arenoso arrastra sin prisas el murmullo de las dunas. Se requiere viajar sin ninguna urgencia.
por favor antes que se acabe el año, alguien deberia escuchar El disco de Rafael Berrio 1971.
Para mi lo mejor del año
Un placer de nuevo leerte por aqui, Cesar.
Este año me ha gustado mucho la cosecha de techno. Al de Stott que apuntas, añado a Sandwell District (enooooormes), Ekoplekz, la vuelta de Pole, Alva Noto, Bytone…y la consolidacion de dos sellos que me encantan y, cada vez mas: 100%Silk y Ghost Box.
Y, no queria dejar pasar la ocasion para mencionar la gran reedicion del año para un servidor: The Werner Herzog Soundtrancks de Popol Vuh. Descomunal es poco. Ya se que queda mejor mencionar el Smile, pero…
Un saludo y, ya tengo ganas de ver tu top 10.
Saludos!
Sí, yo también estoy contigo en que ese crítico es bastante potable pero ni yo ni tú coincidiremos con él en esto: «El soporífero concierto de Kurt Vile sirvió para ratificar las carencias de Smoke Ring For My Halo respecto a su fantástico predecesor. Sin rastro de un bajo con el que dar cuerpo al conjunto, los largos desarrollos de Vile nos dejaron a todos con el cuerpo aplatanado».
Ah, y yo todavía no logro entrar en el planeta OPN.
Este ha sido un año para haber sacado una lista de 15 en vez de 20, y poder defenderla con garantías, sin peros por delante.
Hay discos que me dejan el cuerpo aplatanado, y aún así me gustan. Puede que me pase eso con el de Vile. Me lo pongo poco, cuando lo hago sonrío, me siento a gusto pero antes de que acabe suelo quitarlo. Por eso está en el 20.
¿No te entró «Replica»? Vaya… yo lo veo un disco electrónico de diseño bastante llamativo.
Olvidaba el comentario sobre Rafa Berrio. Me lo recomendaron hacia el verano. La lista nacional tendrá su turno jueves y viernes
Estabiel, espero que haya un hueco para las decepciones del año, suele ser de lo más jugoso entre los listados de fin de año (entre las mías están precisamente Dominant Legs, y algo menos Girls, tomando en cuenta el ep del año pasado.)
El de Andy Stott me parece de largo el disco electrónico del año, con permsio quizá del primer ep de Old Apparatus. Curioso lo de Lopatin. «Replica» me parece su mejor disco, al mismo tiempo me ha hecho ver que lo mismo está un pelín sobrevalorado.
Pues no tenía pensando hacer lista de decepciones porque el año en sí ya me ha parecido bastante decepcionante. Las listas de Wire me han matado. La coba a Tom Waits, también. Y estoy bastante de acuerdo con todas tus apreciaciones. Para mi Dominant Legs también ha supuesto una decepción, pero me parece absurdo colgarle ese sambenito cuando apenas nadie les conoce. Encuentro más sensato meterlo en la zona baja de la lista con el ‘pero’ destacando asimismo una virtud que me sigue pareciendo intacta.
Lo de Andy Stott es la pera. Y, ojo, que acaba de sacar un segundo disco este mismo año.
Eso sí, pocas veces he tenido tan claro el número uno como este año. Bueno, el anterior también me aferré como una lapa al de The Roots.
El disco de Rafa Berrio es de 2010, ojo
Una lista muy equilibrada con premios y consolaciones, quizás te estés haciendo mayor, jejejeje. Aún te queda la sorpresa del number one.
1971 es de 2010 pero supongo que absolutamente nadie se enteró que salió el año pasado. Seguramente ni el propio Rafa. Fue increíble verle en Libertad 8 hace unos meses, creo que éramos 6 en total. Me pareció todo tan atemporal y eterno que no creo que se volverá a repetir, aunque actúa el 19 de enero por los madriles.
Saludos, Ignacio
A mi el de Dominant Legs solo me ha decepcionado levemente. Más que fallar el tiro, creo que no han apuntado con tanto acierto como se preveía.
Y el de John Maus prometía un poco más de lo que al final ha sido teniendo en cuenta sus dos tremendos anticipos.
El de Oneothrix por su parte fue para mi una sorpresa porque hasta ahora me aburrían cosa mala.
Ah! Y el de Tinariwen mola, pero el de Bombino se lleva el oro de la música tuareg, no?
El disco de Rafa Berrio es, efectivamente del 2010. En el estado nadie se enteró cuando se publicó, pero en Euskadi ya fue muy valorado en algunos medios.Lo que pasa es que el disco crece y crece. Hace poco lo vimos en el gaztetxe de Gernika y allí ya eramos unos 60 entre el publico. Por cierto,no olvidemos que Rafa lleva ya casi 30 años en esto y que tiene discos muy interesantes a nombre de Amor A Traicion y Deriva.