La luminosidad y el savoir faire de un disco como “Green Juice” (publicado por Jive/Epic, sub-sello de la multinacional Sony) no han perdido un ápice de sus propiedades medio año después de su publicación en el mercado, pese a lo aterido de la temperatura actual. Ulysse Cottin y Armand Penicaut son los dos parisinos al frente del proyecto, con referencias tan estimulantes como Arto Lindsay (del que hacen una más que convincente versión de su “Simply Are”) o R. Stevie Moore, del que confiesan abiertamente tomar prestados recursos estéticos para confeccionar algunos de los videoclips del dúo.
También hay constantes referencias en sus declaraciones a la costa oeste norteamericana y los años setenta, pero el conjunto ofrece una conclusión considerablemente diferente de esos supuestos. El álbum de debut de Papooz, producido por el habitual de Metronomy (el ingeniero Ash Workman) y precedido por esa infecciosa tonadilla canicular titulada “Ann Wants Do Dance” -con la que se dieron a conocer el año pasado y que es imposible que no haga balancear los hombros a cualquiera que se precie, al compás de la guitarra pellizcada y las cuerdas acechantes que irrumpen en el título-, nos retrotrae de lleno –al menos para el que esto suscribe- al sophisti-pop de los años ochenta. Matt Bianco versus Sade –la propia “Ann Wants Do Dance”-, las más íntimas del “Café Bleu” de The Style Council –“Toria’s Song”, “Chubby Baby”-, los reflejos de Prefab Sprout, Aztec Camera –“Stories Of Numbers”, “Good Times On Earth”– o Martin Stephenson & The Daintees época “Gladsome, Humour & Blue” –“Green Juice”-, pero también revisionistas del asunto como Dominant Legs –“Trampoline”– asoman por el grueso de su repertorio. Ya saben: cadencias jazz –a las que se les ha aplicado convenientemente el blanqueador-, coros refulgentes y enjundiosa distinción en armonías y arreglos. El riesgo de monotonía se combate indistinta y apropiadamente con la combinación de tiempos más o menos trotones y baladas nostálgicas, además de con la diferenciación entre las voces de ambos componentes, una con un registro apreciablemente más femenino –Armand– que la otra –Ulysse-.
La cuota de indie más convencional queda para el tramo final del disco. “Wanted”, “Louise” y “One Of These Days” pueden recordar indistintamente a Camera Obscura o Belle & Sebastian, y certifica a Papooz como un producto para oídos precavidos no exentos de exigencia eufónica.
La mejor noticia pop del país vecino desde Orwell.
Bueno, pues habrá que escucharlo. Pinta bien!
Ya que mencionas a Matt Bianco, Mark Fisher falleció recientemente.
Recuerdo hace muchos años cuando un miembro de Fine Young cannibals le tiró encima un yogurt (¿?) en una recogida de premios y hubo algo de trifulca.
Pues no, parece una especie mini-tarta o pastelillo:
https://www.youtube.com/watch?v=yu5RW3C2_mM
Perdón por el off- topic
Ángel, no sabía lo de Mark Fisher. Fue el lunes de la semana pasada… Tampoco lo del mini- tartazo, aunque creo que quien lo recibe es el otro Mark (Reilly, el cantante). Aprovecho para recordar de paso que Cherry Red reeditò merecidamente este año el debut de Matt Bianco, un disco realmente fantástico.
Si , cierto, fue el cantante ( que no se lo tomó muy bien). Esa noticia la recogió en su programa de televisión Carlos Tena ( ya hace años), de eso lo recuerdo.
Coincido en que el debut de Matt Bianco era magnífico, aunque le dieron bastante cañita…
Un saludo
No me extraña que le dieran caña siendo comercial, con toques latinos y sintetizadores: anatema para cierta crítica rockera 😉