1. Introducción: El nuevo mito (siempre) en construcción
I don’t like your fashion business, mister
(Leonard Cohen, First we take Manhattan)
Curioseo por la red. Así a bote pronto, sin ningún patrón preestablecido de discriminación, y por Justin Bieber como palabras clave, me aparece lo siguiente en Google: “Aproximadamente 85.300.000 resultados (0,67 segundos)”. Casi nada. Hago lo mismo con el recientemente fallecido, y sin lugar a dudas el compositor pop por excelencia de los últimos 50 años, David Bowie, y el buscador de buscadores me responde con un “Aproximadamente 63.000.000 resultados (0,64 segundos)”. Como diría otro grande, y también fallecido este año (¡qué año horribilis!), Prince… “sign of the times”. Los tiempos cambian, y con ellos los paradigmas culturales, y todo ello incide en nuevas estrategias de ritualización que son el espacio performativo en el que dar visibilidad a los nuevos mitos mass media, o mitos 2.0 que suena más cool. En este estudio sobre la consagración de una nueva mitología auspiciada ésta por las grandes corporaciones (léase Facebook, Myspace, Vimeo, Warner, Sony, etc.), que son las que tienen la capacidad para generar infinitos e inverosímiles canales de distribución, y pueden costear todo la infraestructura que hay detrás de nuestro enésimo mito, no entraremos a enjuiciar la pertinencia y/o artificialidad de la figura entronizada, pero sí a mostrar una serie de patrones por los que esta sociedad interconectada se basa para construir el escenario ideal de lo que será el mausoleo del Olimpo de los dioses prefabricados. No nos llevemos a engaño, si nos circunscribimos al ideario pop, desde siempre existieron esos medios que intentaban dogmatizar, y que servían como catalizador de tendencias a seguir. En el maravilloso libro de Bob Stanley “Yeah! Yeah! Yeah!. La historia del pop moderno” (Turner, 2015), el compositor del grupo Saint Etienne escribe que “Estados Unidos suministró otro elemento básico del universo del pop moderno. La primera revista para adolescentes, Seventeen, había salido al mercado en 1944; estaba dirigida más que nada a las chicas y apenas trataba temas musicales, pero fue un comienzo. El primer editorial de Seventeen dejó sentadas las condiciones de todo un seísmo juvenil: “Os va a tocar manejar el cotarro, así que cuanto antes empecéis a mentalizaros, mejor. En un mundo como el nuestro, en el que todo cambia de un modo tan rápido y tan drástico, queremos brindaros un lugar en el que podáis intercambiar vuestras ideas” (Continuará)
Los que seguían a Bowie, Cohen o Prince en el momento más álgido de dichas estrellas, tienen ahora cerca de 50 ó 70 años. Para éstos, y salvo honrosas excepciones, el cambio de paradigma que ha supuesto la revolución digital y de internet ha sido una cruz a la que no todos han conseguido adaptarse en la misma medida. Sin embargo los seguidores de Bieber, son ahora más bien veinteañeros, cuya integración en lo digital ha sido mucho más inmediata y menos traumática. Eso podría explicar la diferencia. También hay que pensar que los más jóvenes no pueden asimilar toda la música (la del pasado y la del presente) de golpe: supongo que han de empezar por lo que les pilla más cerca (Bieber, Adele, Sheeran, Gaga, etc), ya tendrán tiempo de recuperar aquella música que se hizo antes de nacer ellos, ¿no?. Asimismo, conocer globalmente el amplio espectro musical supone un esfuerzo que no todo el mundo está dispuesto a invertir (tanto en un sentido como en otro: de los jóvenes hacia la música de los mayores y de los mayores hacia la música de los jóvenes), por lo que muchos se quedan descolgados.
De todos modos, también pienso que los resultados de búsqueda deben ser diferentes según el ordenador o algo, porque a mí me salen más resultados para Bowie que para Bieber. De hecho la búsqueda «Beatles» se lleva la palma.
En cualquier caso, estoy de acuerdo en que existe una presión que ejerce la industria discográfica sobre el consumidor y que con el paso de las décadas ha ido pervirtiéndose más y más (ya no importa tanto la calidad del producto como el envoltorio del mismo). Buen tema el que has introducido LuisM, espero con fruición la continuación.