Recuerdo que, a finales de los noventa, le pregunté a Antonio Luque (Sr Chinarro) cómo se sentía al ver que siempre venían a verle las mismas trescientas personas a la sala Nasti. ¿Su respuesta? «Creo que eso es más interesante que reunir a quinientas distintas en cada gira». O algo así. Por supuesto, tenía razón. El mérito artístico está en atrapar la atención del oyente y mantenerla, imponiendo la conexión emocional al carrusel de novedades que (cada vez más rápido) desfilan por delante de nuestras narices. He pensado en esa conversación mientras escuchaba la versión que ha hecho Mark Kozelek del «New partner» de Will Oldham. Mientras Luque se reinventa un poco con cada álbum, el líder de Red House Painters lo apuesta todo a ese soniquete hipnótico, un interruptor mental que hace que el oyente se sumerja en sus propios recuerdos. Escucharle es como un trankimazín: quizá deberían imprimir en las cajas de ansiolíticos esa frase suya que dice «Things mean a lot at the time/they mean nothing later» (una de esas verdades a la vez tristes y alegres que él ya había asimilado en su segundo álbum). En todo caso, pocas cosas he encontrado más adictivas que su voz, envuelta unas pocas notas de guitarra, siempre parecidas y siempre balsámicas (bueno, quizá es mejor evitar «Songs for a blue guitar»). En «Finally» sólo la versión de AC/DC («What`s next to the moon») se eleva por encima de la discreta media del álbum. ¿Cómo puede uno sentirse tan a gusto escuchando un disco que sabe que es medianito?
Uno de los conciertos de mi vida fue verle un lunes en el Moby Dick. El se quedaba dormido, el público también, y estuvo dos horas tocando que se hicieron cortas.
Mi padre, que no sabe quienes son Red House Painters, estaba enganchado a la música de Mark Kozelek la última vez que fui de visita a mi pueblo. Me sorprendió porque tampoco lee prensa en la que salgan reseñados sus discos. Creo que llegó a él por la banda sonora de una película.
El enlace al trankimazín me ha dejado a cuadros! ¿Eres colega del camello o algo?
Bueno, el tankimazín engorda, y Mark Kozelec, aunque no es precisamente para hacer aerobic, en principio no tiene tales efectos secundarios… 😉
Lo mejor es hacer yoga escuchando a los clash!
Es aún mejor escuchar a los Clash y no hacer nunca yoga.
;-P
Cien por cien off topic: por unos meses consideré apuntarme a yoga, pero un camarero del chino de Legazpi me dijo que eso sólo servía para mujeres que querían disfrutar más del sexo (el camarero era gay y dijo «mujeres» con cierto tono de desprecio). Pero, bueno, no me desanimo, el tai chi tiene mejor pinta todavía. Aunque suene a titular de Sting, creo que Oriente lleva ventaja a Occidente en muchas cosas, comenzando por la teoría budista que ve el apego a las cosas o personas como una «perturbación mental».
A mi Kozelek dejó de interesarme cuando dejó la etiqueta de Red House Painters (vale, “Songs for a blue guitar” es un disco espinoso, pero se le puede sacar oro si no pensamos mucho en los ‘solos’ interminables e incómodos). Aunque la verdad de que aquél disco de versiones de AC/DC tenía su aquél, consiguió llevarlas a su terreno con bastante tino, pero lo de Sun Kil Moon me pareció bastante flojo (el primero al menos, no seguí insistiendo después).
Creo que al concierto que se ha citado en la Moby Dick asistí yo, y creo que fui uno de los que entorné los ojos más de lo recomendable… me gustó de todas formas mucho más la otra vez que vi a RHP, en el Fib del 98, creo.
Por cierto, otro off topic: se confirma a Throwing Muses para el PS del año que viene. Ya era hora. Nunca he entendido bien por qué no se les trajo antes. ¿Acompañará Tanya Donelly?
Throwing Muses!!!
Madre mía!!
Ya me estoy comprando el abono!
no me lo puedo ni creer! guau!!
Vivan los festivales y las reuniones extemporáneas!
Después de la noticia de Ducasse y tu breve apunte sobre filosofía oriental, he visto claramente en mí reflejada esa «perturbación mental» de la que habla el budismo… perdón, perdón!
Decir que Luque se inventa poco a poco en cada disco… Sus canciones han cogido un soniquete muy común en los últimos tres discos.
Yo ví a Sun Kill Moon en un PS y me sorprendió su potencia vocal, se tenía que retirar del micro. También tiene un amplio rango vocal (la tesitura que se llama) que debe abarcar varias octavas. Yo creo que, salvo excepciones, su mejor etapa fue con RHP y «Katy’s Song» una de las mejores canciones de aquella década.
Otra buena canción es «I Hate My Way», qué bien estaría escucharlas en directo!
Yo he tenido la suerte de verle varias veces en directo (dos en el FIB, una en el PS y, la última vez, hace días en Puerto Real). Casi siempre salgo con una sensación extraña que no me deja darme por satisfecho del todo. Sabiendo que es el firmante de uno de los discos que más he escuchado y escucharé en mi vida (el segundo de Red House Painters), no puedo sentir que en esos conciertos me falta algo… jeje, ¡con lo «fácil» que le sería hacer un repertorio que me tuviera llorando de emoción durante dos, tres, cuatro horas!. Pero, claro, él se empeña cada vez más en cambiar sus canciones de punta a punta, y yo, pues… no termino de cogerle el punto.
En cuanto a sus últimos trabajos, siento decir que aunque el primero de Sun Kil Moon me pareció precioso, últimamente divaga demasiado (April sería mejor disco si hubiera echado un poquito el freno en el minutaje), y sospecho que a la vez que aumenta su nivel técnico, decae su nivel de inspiración. Por no hablar de que muchos de sus últimos trabajos son discos claramente menores: recopilatorios, directos, versiones insospechadas…
En fin: siempre nos quedarán Medicine Bottle, Grace Cathedral Park, Mistress, Drop… y tantas otras.
El viernes pasado estuve viendo a Antonio Luque versioneando algunas de sus canciones favoritas. Una de ellas fue «Mistress», de Red House Painters, y de verdad que fue especial. Luego contó que fue la gente de Acuarela la que le descubrió al grupo de Kozelek. Una semana después salía nuevo disco de Chinarro con su correspondiente nota de prensa en la que se mencionaba la influencia de Red House Painters y Luque ni se lo creía: «cabrones, si me pasaron el disco la semana pasada».
no me cuadran mucho las fechas en mi cabeza según la anécdota, no sé…
de todas formas da un poco igual. parecerá extraño, pero hay grupos con los que, antes que influenciarte, te coinciden. Y yo creo que Red House Painters era para Luque uno de esos grupos.
Y en cuanto a lo que dices, Bizcochino, de la sensación de frustración en los directos de Mark Kozelek, no sé… yo sólo lo ví una vez y también me defraudó. tal vez, a él mismo tocar esas canciones le dé pudor.