Fue una conversación la mar de cómoda. Marc Almond tenía ganas de hablar y yo de cotillear, una conjunción astral que en mi mapa astronómico no se da con frecuencia. Le pregunté por su pronta afición al soul, más Motown que Stax, más la finura del northern soul que el vozarrón sureño. Me dijo que aquello empezó cuando se dio cuenta de que detrás de las melodías exultantes del soul se escondían historias bastante tristes. Sigue leyendo «Frustration» (Soft Cell, 1982)