Blank Space

Uno de mis pasatiempos más placenteros últimamente está en navegar por la red buscando cds buenos y baratos. Antes de poder comprar por Internet, siempre revoloteaban por mi escritorio papelitos escritos a salto de mata con apuntes de nombres de discos que quería obtener. Esto por suerte no ha cambiado, solo que ahora, habiendo repasado un par de tiendas físicas infructuosamente, una vez al mes apago el ventilador, los papelitos bajan a la mesa y, tras descifrar la caligrafía médica, pesco en el mercado virtual pero-que-cobra-de-verdad. Mi norma es no pasar de los 8 ó 9 euros (5 ó 6 libras en la Amazon británica, o 10 dólares en la estadounidense) sin pretender pillar la super novedad sino más bien productos que ya llevan en el mercado unos meses. La recompensa llega cuando pago un céntimo –más los tres euros de gastos de envío- por una colección de canciones posiblemente insuficiente –juro que “No Danger” de Inouk me costó eso- pero con tres o cuatro cortes pasables y un par destacables. Nivel calidad/precio pues más elevado que el segundo de Bloc Party. Sigue leyendo Blank Space

Stones a un tiro de piedra

El jueves 28 de junio tocaron en Madrid los Rolling Stones. La gira «Forty Licks» me pareció tan chula que la vi dos veces (Madrid y Zaragoza). Recuerdo un perfecto «Gimme Shelter» en el Calderón: su himno pidiendo refugio sonó a la vez cálido, vulnerable, amenazante y alucinado .Un pequeño infierno de estadio. El tour 2007, en cambio, resultó mucho más flojo, a pesar de la desbordante energía de Mick Jagger. Sigue leyendo Stones a un tiro de piedra

James Brown y los guiris

El fallecimiento de James Brown me rescató de la memoria mis tiempos mozos en el mundo de la noche de la Costa Brava, aquel entre 1970 y 1973 con Brown como rey absoluto de las discotecas. Cuando José Padilla, en una entrevista en Rockdelux, confesaba haberse aficionado al mundo de los platos subiendo los fines de semana a Lloret De Mar, estaba rindiendo tributo a unos precursores artesanales (algunos pinchaban sin previo ni auricular, simplemente dejando caer la aguja en el surco según el claroscuro) del arte de mover a una audiencia hacia la pista de baile. Entonces los DJs operaban como sicólogos y cada canción era meditada según la respuesta del público a la anterior. Sigue leyendo James Brown y los guiris