“Noctunes” (Willis Earl Beal). De altos vuelos. A velocidad de crucero nocturna. Con este título y sesenta minutos de duración, una de las voces de color con mayor proyección se explaya surcando el silencio. Sobre un manto de teclados y orquestación terminal que transporta por el mar de la tranquilidad. Es tan lento que apenas encuentro similitudes con otros discos de mi estancia. Ni blancos ni negros, ni Isaac Hayes ni The Blue Nile. Proviniendo de un artista otrora casi al margen del sistema, ahora le percibo fuera de la órbita terrestre. Para colmo, mientras le escucho está amaneciendo y salta la noticia de la muerte de David Bowie. Su efecto se multiplica brutalmente. ¿Será la banda sonora ideal para su tránsito? Sigue leyendo 2015: cabos sueltos (7)