Molly Burch

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Amamantada entre los tonos sepia del rock’n’roll de los cincuenta y el country más heterodoxo y plañidero, Molly Burch ha dado -al menos para el que esto suscribe- la campanada vintage de lo que llevamos de año. Auspiciada espiritualmente por su adorada Patsy Cline (también, por qué no, por Connie Francis o la factoría Spector) y dotada de un registro vocal que sabe conjugar a partes iguales fortaleza y sutilidad, melindre y postín, Burch debuta con “Please Be Mine” (Captured Tracks, 2017), un ramillete de canciones exquisitamente esculpidas bajo el fervor alfarero de un pop tradicionalista, sentido e imperecedero. Un caramelo retro sin falsos alardes pirotécnicos o grandilocuentes: más bien de un acabado intachable, teñido de circunspección y convenientemente empaquetado (co-produce la propia Molly: señal de que sabe perfectamente qué se trae entre manos) en cada ángulo de sus (tenues) diez cortes. Sigue leyendo Molly Burch